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Los abogados fiscalistas pueden trabajar en una variedad de áreas dentro del derecho fiscal. Algunos se especializan en la planificación fiscal, donde ayudan a individuos y empresas a estructurar sus asuntos financieros de manera que minimicen sus obligaciones fiscales. Esto puede incluir la identificación de deducciones fiscales, la optimización de estrategias de inversión y la planificación de sucesiones. Otros abogados fiscalistas se dedican a la resolución de conflictos fiscales, representando a clientes en disputas con las autoridades fiscales, ya sea a nivel administrativo o en procesos judiciales. En un mundo cada vez más globalizado, los abogados fiscalistas también pueden especializarse en derecho fiscal internacional, dando asesoramiento a clientes que tienen activos o ingresos en diferentes países y ayudándolos a cumplir con las leyes fiscales tanto locales como internacionales.